domingo, 8 de abril de 2007

Consenso

¿Que significa utilizar políticamente una muerte?

Si algo nos enseña la historia reciente de nuestro país es la dificultad para poder construir consensos en torno a cuestiones demasiado sensibles como puede ser, por ejemplo, el crimen político cometido por el Estado. Pero con consensos, me refiero a algo importante, es decir, que prácticamente no existan cuestionamientos sobre una definición concreta.
Hay que prestar especial atención a un debate (subterraneo, uinconcluso) que empezó a plantearse antes de que Kirchner se transformara en presidente. Quizás desde la masacre que en avellaneda se cobró la vida de Kosteki y Santillán. ¿Como tiene que actuar el Estado frente a manifestaciones que interrumpen la circulación de bienes y personas (en un país en que este tipo de protestas se repiten con tanta frecuencia)? Es claro que en una situación de corte de calles o de rutas entran en contradicción dos derechos (si, no reconocer el derecho a circular es incurrir en el mismo error que desconocer el derecho de manifestarse), el problema es definir cual de los dos derechos debe prevalecer. Y generar un consenso sobre esto implica definir esta postura para todas las manifestaciones que puedan saucederse en el futuro. Es bastante complejo, parecería imposible (recuerdo en el año 2002 en la campaña de Menem, se proponía abiertamente un camino para generar una definición sobre este tema).
Yo creo que hay dos formas de llegar a este tipo de consensos, que implican poner un piso en la discusión, es decir, ciertas cosas que pasan a estar fuera de discusión. La primera, a través de las organizaciones políticas y sociales, que lentamente y con actividades, debates, propuestas, etc van generando una opinión, debaten. La otra es a través de políticas de Estado, que tomando posición sobre alguna cuestión, avanza demostrando que el camino elegido da resultados, y continuando esas políticas en el tiempo, o plasmándolas en leyes, construyen ese piso difícil de demoler.
Hay una posición que el gobierno expresó desde un comienzo y que mantuvo a lo largo de estos cortos años: no reprimir las protestas sociales. Sin cofiar en los agentes del orden, terrminó por prohibirles el uso de armas de fuego, y especificando hasta la última coma las instrucciónes en cada manifestación. A lo máximo que se propuso llegar es hasta el punto de la "Saturación", pero jamás a la agresión física directa.
No se puede decir que esta definición no le haya traido inconvenientes (por ejemplo con nuestro hermano país Uruguay, a raiz de los caprichos de los instant-ambientalistas del litoral). Tampoco se puede decir que este posicionamiento del gobierno, no haya puesto nuevamente sobre la mesa este debate tan importante.
Esa definición es el principio de la construcción de consenso. No apoyar ese proceso, no reconocerlo, desdeñarlo, es restarle importancia. Y a hacerse cargo de ello quienes así obren.
¿No es importante llegar a un consenso que estipule que NO SE DEBEN REPRIMIR LAS PROTESTAS SOCIALES JAMÁS?
Lo que pasó en Neuquen pone bien en claro, blanco sobre negro, dos posiciones distintas, enfrentadas. Y da asco la forma en que la izquierda quiere eludir el debate. Sencillamente porque no le conviene. La derecha en este caso toma una posición más interesante: se atreve a dar el debate y se posiciona (aunque ya se evidencian ciertos limites, no pueden decir todo lo que piensan, o directamente tienen que avandonar algunas posturas... consensos, consensos). Contra esa postura hay que discutir, ganando la posición en base a los hechos, lo que ocurre, la única verdad.
Recuerdo una represión en Brukman, hace ya algunos años. Me acuerdo tambien de los gestos de alegría de los trotskitos, habían descubierto el atajo hacia el consenso (o eso creyeron), pero un consenso distinto, facilitado por la represión que ellos ansiaban. Si la represión es un medio que nos puede servir para posicionarnos, no nos importan los muertos.
Después, el debate sobre el aumento a los docentes sí adquiere otros matices y es una discucíon más larga, donde el gobierno cometió algunos errores, o al menos se puede discutir su forma de proceder.
La de reprimir las protestas sociales no.

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