viernes, 22 de diciembre de 2006

asueto


Tomémonos un descanso. Ya vendrán luego las discusiones políticas, las elucubraciones y las finas formas de la discusión política. El 2007 estará plagado de páginas al respecto, para qué empezar hoy. Aunque...
Cinco años se fueron ya. Desde aquel Diciembre de fuego. "Un lustro sin mucho brillo", recuerdo que decía Radio Mitre, en una de sus "ingeniosas" publicidades en alusión a la extinción del 2005. Pero este lustro fue, de hecho, un lustro de aprendizaje para aquelllos que construyeron un dogma de sus métodos "novedosos", reclamando el insumo vital para levantar las murallas de papel. Y Mucho más aún para los que se calzaron el olvidado uniforme de soldados de la causa nacional.
Pero en esta vorágine no hay tiempo para aprendizajes: hay que jugarse...
Pero, repito, ahora no quiero hablar de eso. Ya habrá tiempo... Además, "las fiestas" son un momento que invita más al relajo que a la preocupación, se prioriza el balance relajado frente a la planificación: como le pasó a Ibarra, saliendo del solarium, rumbo al brindis de fin de año del MALBA, cuando se quemó con la pirotecnia explosiva de la realidad.
Pido perdón por la desprolijidad, que atribuyo a la carencia absoluta de experiencia en el arte de postear y en parte tambien a que acabo de agarrar, por primera vez en muchos días, una computadora rápida donde volcar ideas que se habían ido amontonando desordenadas.
A lo que iba en realidad, antes de distraerme, era a la fiebre psicotrópica que se desata todos los años, aunque a mi entender, cada año se exacerba más. Si se afina el oído se puede escuchar, cada vez más a medida que se aproxima el fin de semana de festejo, palabras como "bola 8", "Bicicleta", "Tiza", "Veinticinco", "Alita de mosca", "Honguitos"
Y sí. Es así. Festejando la Navidad, el nacimiento del Niñito jesus, los pensamientos de todos vagan por los senderos pseudo proscriptos del vuelo narcótico. En la listita de las compras navideñas nunca faltan, sino que más bien abundan, esas sustancias que aún el Estado se rehusa a regular.
Hasta en el laburo me han ofrecido esa dulce sustancia creada con la materia prima que hace crecer el PBI de unos pocos países sudamericanos donde abundan la violencia y la desigualdad
Mientras en casa escuchaba al Dr. Alvarez rapear "todos transan, tooodos transan" me pregunto si estaremos a tiempo para corregir una de las postulaciones fundantes de la política moderna y dejar grabado en el marmol del presente: "el opio es la religión de los pueblos"

lunes, 18 de diciembre de 2006

y tu cabeza está llena de ratas

A pedido del cristianuchi, volvemos. Aunque la verdad no hay mucho para decir. Se cumple, sí, en dos días un lustro de los "sucesos" pero no parece haber todavía un efecto inmediato en los medios y, por extensión, en el mensaje. Pronostico, veo, avizoro un informe especial con infografía ad hoc en Clarín, seguramente, este miércoles. Pero un cuadro de situación sobre los efectos del 19 y 20 en la vida política nacional en estos cinco años, es difícil de encontrar, salvo por algunos artículos de old school en Página/12 sobre la añoranza asamblearia.
Por algo será.

Yo mientras tanto me puse a revisar los apuntes que tomé para un breve texto sobre el tema y encontré este párrafo incompleto y autocensurado:

El regreso de la política no es tal. Nunca se fue. A lo sumo, hay una reapropiación del discurso político. Un cuaderno de izquierda universitaria decía, en relación al feriado del 24 de marzo, "Esta ganancia simbólica está siendo usufructuada, claro que sí, para reforzar en el presente aquello mismo que se combatía en el pasado. Porque si los treinta mil desaparecidos son rescatados, es en tanto víctimas y en tanto muertos que pueden traerse del pasado, pues ya no están obstaculizando el proceso de acumulación capitalista. Parafraseando a Martínez de Estrada, podríamos hablar de una "muerte y transfiguración del revolucionario" como núcleo de la nueva historia oficial."

Interesante paráfrasis de la dialéctica acomplejada. El tema partícular, lo dejaremos para el próximo aniversario del Golpe, si este blog sigue funcionando. Ahora bien, me sorprende, desde distintas esferas del pensamiento, cierta preocupación por las -posibles- formas de abordar el pasado. Una digresión: basta leer el paper de Sarlo en la última Punto de Vista, aunque limitada a una nostalgia de las épocas de la interpretación y reducida a la metáfora magra de la literaturnost desde cierto gorilismo in péctore, la columnista de Viva apunta una sabrosa interrogación: así a grosso modo, los escritores de la década del ochenta, se supone, contaban con la pregunta sobre el pasado más inmediato para esbozar las tramas de su narración -v.g. Respiración artificial, Glosa, la gran obra de Daniel Moyano, y acá ubico y me juego, usando lo que Sarlo llama la escritura del presente, también a La luz argentina-, mientras que en la actualidad, o por la velocidad de las cosas, o porque hoy cualquiera puede hablar de política, ponele, esa interpretación del pasado no parece necesaria, ni potestad exclusiva de la literatura -entonces: pierde validez. Yo diría actualidad. Claro está que ahora los setenta, década fetiche de la cultura blanca, a través de la apropiación -necesaria, dicen Moreno y Fabianesi- que hizo de ella el Estado, dificulta el abordaje limpio de no muchos verdaderos exégetas de la praxis militante y no pocos lobbystas -también necesarios, decimos acá. Con todo, un márgen interesante y reciente, es el último libro de Martín Kohan. Con todo.
Ahora bien, corto la digresión y sigo con otra. Tal vez los cinco años que median entre el 19 y 20 y hoy -y todo lo que parece haber pasado, desde la maratón de presidentes, Puente Pueyrredón y la égida absoluta de Kirchner- se transformen en una metáfora más o menos clara de esa velocidad. Todo esto del pasado es relativamente claro para el 24 de marzo de 1976: ahí donde el núcleo del poder se refugiaba en una oscura política de Estado represor y el discurso opositor se tuvo que construir, primero desde un fallido intento estatal, después, desde la alternativa en la resistencia, y, finalmente, otra vez en el Estado. Pero no parece tan claro para la década "menemista": ahí donde el núcleo del poder fue de una transparencia casi baudrillardiana que terminó siendo lo que escandalizó a más de un elector y el discurso opositor, la alternativa, el dueño de los medios de producción culturales. ¿Por qué no pensar en un pasado oscuro, también, para interpretar, político y actual? Porque el velo a derribar es precisamente todo lo que construyó aquel mito del "menemismo".
Esto, entonces, es para más adelante. Proponemos una Historia de la Continuidad Democrática. Y donde, obviamente, el 19 y 20, no queda afuera.

viernes, 8 de diciembre de 2006

homenaje

Estamos a menos de quince días de la celebración de la restauración del orden político. No nos conmueve. Pero nos sabemos parte de ella. La política no nos esperaba en el fuego presbisteriano de la Plaza de los Dos Congresos pero leemos el núcleo de poder representativo que implica la rebelión del electorado. Somos parte de la praxis.

La noche de aquel veinte de diciembre fue de festejo para la mayoritaria y tan verdugueada clase media. Las formas de participación se multiplicaron: gambeteada de balas, bocinazos dispersos en la Avenida Juan B. Justo, humus de teflón en las extasiadas cuadrículas de la ciudad financiera acorralada. Muchos nos dijeron después: he aquí una nueva forma de entender la política, de ahora en adelante.

Somos, entonces, una especie de A dos voces de la nueva política pero sin invitar a ningún candidato porque la política, la política eres tú. La ingenuidad y abstracción empírica del análisis político se ve reducida acá a su mínimo exponencial: el post como producto de la pacificación electoral que habilita el acceso a Internet. No hacemos política; vivimos de la política.

Trataremos de postear seguido. Sino ya fue.

Agradecemos a Nilda Garré, Nestor Carlos Kirchner, Juan Gullo Canca Carlos, Monseñor Piña, Graciela Fernández Meijide, Mariano West, Baldomero Cacho Álvarez, Pata Medina, Jorge Fontevecchia, Julio Ramos, recientemente extinto, Horacio Rodríguez Larreta, Francisco de Narváez, Juanjo Álvarez, Martín Granovsky, Fernando Esteche y a todos los que nos conocen de la SIDE, Cochi Guchea, Miguel Bonasso y el doble de Fidel, los pibes de Tortuguitas, a Viviana Saccone por su gigantesco aporte a la lucha de Abuelas, a Norma Kennedy y la Convención Democráta de San Vicente, y a la generación decembrina, con afecto.

 
eXTReMe Tracker